Platos de Billaviciosa

En 1700 empieza el reinado del primer Borbón en España, Felipe V el Rey Loco. Con él llegan familias francesas como los Cónsul que se instalan en su palacete de Villar (Vega de Poja, Siero).

En 1725 esta familia emprendedora inicia una actividad industrial de producción de loza fina para competir con la cerámica de Limoges y otras producciones europeas.

Durará pocos años pero de esos locos fracasos algo bueno nos legaron, como un valioso periodo azul de la alfarería popular asturiana, ya que numerosos alfares de los 154 censados por el Marqués de Ensenada apostaron por esta innovadora línea creativa en sus talleres artesanos durante el siglo XVIII y XIX.

También el de Domingo Menéndez que frecuentaba los mercados del miércoles en la Villa y decidió instalarse en Lliñeru (cerca de Tazones)  hacia 1750, seducido por el paisaje mariñan, la espectacularidad de la Ría y alguna moza del lugar.

Una excavación arqueológica a finales del siglo pasado, nos permitió recuperar alguna de sus creaciones y de aquellos platos de Billaviciosa que ya dejaron constancia de su valía en un testamento de 1789.

Durante estas últimas tres décadas los viajeros disfrutaron de nuestros platos de Billaviciosa visitando nuestro taller o durante su estancia en nuestra casa rural.

Y para los 25 años del Ecomuséu Ca l’Asturcón, queremos ofrecerte la posibilidad de convertirte en alfarero por un día para conocer de primera mano las técnicas alfareras y crear vuestros propios platos de Billaviciosa.

A partir del viernes 5 de julio, descubre nuestra programación de alfarero por un día y el taller de iniciación a la alfarería.